Sería pecar de injustos no reconocer el fantástico trabajo que Motorola ha venido haciendo desde los últimos dos años. Si bien al principio sus terminales estaban enfocados al mercado americano tras su desaparición por el continente europeo, el lanzamiento a nivel mundial de modelos como los ya reconocidos Moto G, Moto E o Moto X han mejorado los resultados financieros de la marca por su buena acogida en el mercado internacional. Y no es ninguna casualidad, pues la excelente calidad de sus productos y el bajo precio al que podemos encontrar la mayoría de sus terminales han conseguido reintegrarse en lo que parecía un mercado a rebosar de marcas.

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Todo este gran trabajo por parte de la marca estadounidense se ve reflejado en productos como el Moto X (2ª generación), la gama más alta de Motorola, a excepción de el Nexus 6, cuyas diferencias van más allá de un simple aumento de tamaño.

Diseño

Quizá lo más destacable del terminal, al menos en su variante de bambú -aún siendo el modelo de policarbonato el que hemos probado-, es su excelente diseño. La combinación de materiales como el aluminio en sus marcos y el plástico gomoso en su parte trasera, así como las delgadas líneas en los laterales y el ínfimo marco de su pantalla hacen del Moto X un terminal no sólo cómodo a la mano (y muy poco resbaladizo), sino precioso, robusto y muy compacto para el tamaño de su pantalla.

Sin embargo, no todo lo que reluce es oro ni todo el monte es orégano, ni siquiera en las gamas más altas. La rugosidad de su parte trasera fabricada en plástico hace que ésta sea muy dada a las huellas y a la suciedad. Además, la delgadez de los laterales provoca una cierta incomodidad cuando llevamos mucho tiempo usando el terminal, aunque ésto va intrínsecamente relacionado con la forma de sujeción del mismo, pues si eres de manos pequeñas tendrás que recurrir al uso de la segunda. Mencionable es también el desacierto de la posición de los altavoces en el frontal, afeando la parte delantera del teléfono. Quizá la inclusión de éstos en los bordes, tal y como hizo Sony con el Xperia Z2 hubiera quedado de una forma más atractiva.

Multimedia: sonido y pantalla

Sin duda, lo más vistoso del terminal a la hora de echar un primer vistazo es su enorme pantalla y, por consiguiente, sus dos altavoces. La increible resolución del panel (1080p) y la tecnología usada en el mismo (Amoled) hacen una conjunción casi perfecta en lo referente a calidad, que han hecho que volver a la pantalla de mi Galaxy S2 sea un suplicio. Como ya venía de la tecnología Super Amoled de mi Samsung, el cambio ha sido más satisfactorio que tedioso, mas esto no ha evitado el hecho de fijarme en ciertas carencias del panel con respecto a otras tecnologías, como la IPS de mi iPad. Si bien la interpretación de los colores es la esperada en tecnologias Amoled, si que se nota cierta decoloración del blanco a un amarillo más apagado, claramente apreciable si lo ponemos al lado de una pantalla IPS. Otra carencia destacable es la pérdida de visibilidad en términos de ángulos de visión, al menos comparado con mi antiguo Galaxy S2, que puedes mirarlo casi con 180º de angulación sin sufrir ninguna pérdida. No obstante, no es algo tan apreciable si no se viene de terminales Samsung con pantallas Super Amoled, pues en esto los koreanos hacen un excelente trabajo.

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En lo referente al sonido, el terminal decepciona y mucho. La inclusión de dos altavoces delanteros puede hacer pensar al usuario que éstos sonarán simultáneamente durante la reproducción de una canción o un vídeo, haciéndonos disfrutar de una experiencia estéreo similar a la de el HTC One; nada más lejos de la realidad. Al escuchar cualquier sonido el altavoz inferior será el único que se active, mientras que durante las llamadas, el altavoz superior es el que hará la función de altavoz principal. A pesar de ello, la calidad del sonido que generan los altavoces (por separado) es buena, con un volumen más bajo de lo esperado -por lo antes mencionado- y ciertas saturaciones a volumen máximo.

Cámara

Y llegamos al apartado de la cámara, cuyas impresiones personales llegan sin pena ni gloria. Algo que sin duda los terminales de la marca americana tienen que mejorar -y que no podía dejar en el tintero- es la nefasta aplicación de cámara que, a pesar de ser muy visual, carece de usabilidad alguna por su -maldito- enfoque automático. A pesar de dejarnos elegir el objeto de enfoque, la aplicación toma la instantánea de forma inmediata, por lo que no podemos corregir el objetivo a enfocar si nos hemos confundido o si no nos gusta el resultado del obturador (que no de la foto final). Si bien pudiera parecer un defecto insignificante, para los que exigimos de la fotografía algo más resulta insufrible, a pesar de ser una aplicación bastante completa; y es que ésta no le hace honor a la notable cámara de el Moto X.

En cuanto al apartado técnico de la cámara -recordemos que contamos con una cámara de 13Mpx- y adelantándome a los hechos, recibe una puntuación de notable, sin llegar a sobresaliente. Como el 99% de cámaras de smartphones, el comportamiento de ésta a plena luz del día cumple de forma sobrada, incluso en entornos con poca luminosidad. Es al llegar la noche es cuando se dan a relucir las carencias de ésta,  que a pesar de no mostrar fotografías excesivamente oscuras (tampoco podemos pedirle peras al olmo), si muestra una cierta palidez en los tonos con más contraste. Ésto es algo que podemos apreciar también en las fotografías diurnas, pero que se exacerba en las tomadas a plena noche.

Si nos vamos a la grabación de vídeo, las impresiones son muy parecidas a la de la captura de fotografías. Destacar por una parte, la grabación en 4k y, por otra, el nefasto trabajo del estabilizador óptico, al menos en escenas nocturnas, donde notamos un excesiva intervención de éste sobre el objeto a enfocar. Os dejamos unas pruebas de vídeo para que lo comprobéis por vosotros mismos.

Batería

Otro de los aspectos en los que me ha sorprendido este Moto X. Los 2300mAh que posee la batería pueden parecer a priori insuficientes, pero en ningún momento he echado en falta un cargador, incluso ha llegado de forma sobrada (aproximadamente unas 4 horas y media de pantalla) al final del día . En este aspecto, el terminal da mejores números que otros terminales con la misma capacidad de batería, véase el Nexus 5 de nuestro compañero Sergio Abad.
Lo que también me ha sorprendido muy gratamente ha sido la velocidad de carga del terminal, llegando a un 30% en apenas 15 minutos y a una carga total en algo más de una hora.

Experiencia de usuario

Es en este aspecto donde el Moto X me ha dejado mejor sabor de boca. No es por nada por lo que la gama Moto de Motorola tiene una de las mejores valoraciones entre los usuarios. La fluidez y la estabilidad, así como las animaciones a 60 fps de la nueva versión de Android -Lollipop-, ha superado con creces la experiencia de usuario de mi iPad 4 con iOS 8, y es que por primera vez el sistema operativo del androide supera al de la manzana en casi todos los aspectos. No en vano, también se aprecia el excelente trabajo por parte de Motorola en la parte de la optimización, pues la experiencia que nos brindan sus terminales supera, al menos en lo referente a el Moto X, a los Nexus de Google.

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Destacar también la rápida actualización de la marca estadounidense a Android 5.0 -nada más configurar el terminal me avisó de que había una actualización disponible- y el casi nulo bloatware que mete ésta en sus terminales. No obstante, si es cierto que hay ciertas aplicaciones algo molestas que llenan la barra de notificaciones de morralla y que carecen de funcionalidad y practicabilidad -y que además no podremos quitar-, como se aprecia en la captura de abajo.

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Conclusiones

Y como toque final al artículo, llegamos a las conclusiones. Durante todo el tiempo que he tenido el Moto X a modo de pruebas, he sentido que tenía uno de los mejores terminales en la mano: fluidez, potencia, muy buen diseño y sobretodo, equilibrio. Si bien es cierto que es uno de los mejores del mercado, no destaca excesivamente a nivel de hardware sobre sus competidores, pero a nivel de software ninguno le hace sombra -aunque viendo el precio del terminal, Motorola podría haber puesto más empeño en lo primero-. Es por ello que me ha recordado mucho al buque insignia de la marca de la manzana mordida, con una filosofía de austeridad en cuanto al hardware pero una experiencia inmejorable en cuanto al software.

Especificaciones técnicas

  • Dimensiones: 140.8 x 72.4 x 10 mm
  • Peso: 144 gimage
  • Sistema Operativo: Android 4.4
  • Tipo de tarjeta SIM: Nano-SIM
  • Tamaño de pantalla: 5.2 pulgadas
  • Resolución: FullHD 1080 x 1920
  • Densidad de píxeles: 423 ppi
  • Procesador: Snapdragon 801 quad-core 2.5 GHz
  • Gráfica: GPU Adreno 330
  • Memoria RAM: 2 GB
  • Memoria interna: 16 GB
  • Ampliable mediante tarjetas: No
  • Batería: Li-Ion 2300 mAh
  • Cámara trasera: 13 MP, 4128 x 3096 pixels
  • Cámara delantera: 2 Mpx
  • Audio: Ranura Jack 3,5 mm para auriculares
  • Radio FM: No
  • Conectividad: Wi-Fi 802.11 b/g/n, Bluetooth™ 4.0, 2G GSM (850/900/1800/1900), 3G HSPA+ (900/2100), 4G, GPS y A-GPS
  • Conector de carga: Micro-USB
  • Conector de datos: Micro-USB

Puntos a favor:

  • Fluidez y experiencia de usuario inmejorable
  • Diseño excelente y buena ergonomía
  • Carga rápida (100% en apenas 1 hora)
  • Soporte de actualización de Motorola

Puntos en contra:

  • Cámara y sonido mejorables
  • El software propietario no está a la altura (app de cámara, ayuda…)
  • Batería en desventaja respecto a sus competidores