Muchas veces hemos pensado lo bien que estaría poder ver un vídeo de YouTube o usar algunas apps del móvil en un televisor y más si es de grandes dimensiones. Pero claro, la TV del salón no tenía Smart TV cuando se compró y no vas a comprar otra para tener esa función. Pues en Bytelix te vamos a dar algunas ideas de cómo convertir tu ‘caja tonta’ en una Smart TV.

La primera opción que tenemos es la de transmitir al televisor lo que ocurre en nuestro smartphone. Para esto se usa la tecnología Miracast. ¿Qué es esto de Miracast? Es un protocolo que nos permite enviar audio y vídeo a otro dispositivo mediante WiFi. El aparato más famoso con Miracast es el Chromecast de Google, pero también otras marcas como Asus, Belkin o Woxter disponen de estos aparatos, teniendo la garantía que ofrecen estas marcas.

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No son más que unos sticks al estilo de los pen drive, pero que en vez de llevar USB como conexión, disponen de HDMI para poder mandar al televisor la señal de audio y vídeo. Tan sólo necesitamos esa conexión HDMI y un puerto USB de alimentación para poder usar Miracast. Después lo único que hay que hacer es compartir con nuestro smartphone o tablet el contenido multimedia a nuestro dispositivo Miracast. Se puede usar tanto con Android como con iOS, la única diferencia es que Android tiene una función llamada Screen mirror, que nos permite enviar la pantalla de nuestro dispositivo con Android al televisor. Así, podremos ver un vídeo de YouTube, enviar la música de Play Music o usar la app del Twitter o Facebook desde el móvil viéndolo en una pantalla de mayor tamaño como la de nuestro televisor. Podemos comprar en Amazon modelos de confianza como el Chromecast por 35 euros y llegando hasta los 65 euros del Asus Miracast.

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Otra de las opciones es usar un stick como los anteriores pero que ya integren Android. En esencia es lo mismo que los dispositivos Miracast, un HDMI con carga por USB. Pero en esta ocasión no enviamos la señal de audio o vídeo, sino que la produce el propio aparato, ya que tiene el hardware de un móvil de gama baja, pero suficiente, para llevar instalado Android. Además, cuentan con WiFi, para poder conectarlo a Internet, un puerto USB para conectar un teclado y ratón y ranura para tarjetas microSD, ya que la memoria interna de estos aparatos se antoja pequeña, de 4 y 8 gigas. No depende de un smartphone o tablet para utilizarlo, pero no podemos exigirle lo mismo que le exigiríamos a un móvil de gama media o alta. Tendremos acceso a toda la tienda de aplicaciones de Google, pudiendo disfrutar tanto de las redes sociales, juegos o aplicaciones como Yomvi o Netflix para ver películas y series, siempre que dispongamos de una cuenta de pago. A parte de los Miracast, son los más sencillos de utilizar y los más cómodos, porque ya tienen Android instalado y sólo necesitamos conectarle a un USB para que reciba corriente eléctrica y el HDMI para transmitir el contenido. Además, no ocupan apenas espacio y podemos llevarlo de una TV a otra sin ningún problema.

Como en los Miracast, disponemos de un gran abanico de precios. Estos salen a partir de unos 30 euros los modelos más básicos llegando a pasar de los 100 en los modelos más potentes que incluyen incluso un teclado inalámbrico.

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Algo muy similar a esto podemos tener con la Raspberry Pi. Son placas base, también con un hardware muy básico, que nos permite ejecutar desde una tarjeta de memoria tanto Android como Ubuntu. Es más, desde Raspberry aseguran que en su último modelo, la Raspberry Pi 2, podremos instalar Windows 10. Con estos aparatos tenemos un PC en unas dimensiones similares a las de una lata de conservas. Con el modelo nuevo, podemos elegir hasta 3 distintos: Raspberry Pi model A, Raspberry Pi model B+ y Raspberry Pi 2, cada una con mejores características que la anterior. Hasta ahora, por la diferencia de precio, la más aconsejable era el modelo B+, ya que dobla la memoria RAM del modelo A+, cuenta con 3 puertos USB más y con conexión Ethernet. Pero con la reciente salida al mercado de la Raspberry Pi 2, pasa a ser ésta la más aconsejable.

Como he dicho antes, nos permite instalar Android o Ubuntu y podemos utilizarlo de la misma forma que los sticks HDMI anteriores o como un PC. Pero hay más, ya que, para los más manitas, es un buen producto para poder tener un servidor multimedia en casa, al que acceder desde un ordenador y poder disfrutar del contenido multimedia que tengamos en la tarjeta de memoria o en un disco duro externo que le conectemos por USB así como muchas otras opciones de expansión de las que dispone. Una contra que tiene es, que si se está poco familiarizado con la tecnología, nos puede costar instalar Android o Ubuntu en la tarjeta de memoria, pero nada que un buen tutorial no pueda solucionar. La gran baza de este aparato es la versatilidad que ofrece, aunque limitada por el hardware, pero con un precio realmente competitivo. Para mí, es la mejor opción si queremos hacer un Smart TV de nuestro televisor, por precio y por funcionalidad. ¿Qué coste tienen? Pues podemos tener el model A por algo más de 28 euros, el model B+ por 31 euros y la Raspberry Pi 2 también por poco más de 30 euros. Actualmente no hay precios actualizados del modelo A y B puesto que la Raspberry Pi 2 ha salido al mercado el día 2 de febrero, pero seguro que bajan los precios de estos 2 primeros modelos. Un detalle a tener en cuenta es que al comprarlas, únicamente te venden la placa base. Habría que adquirir si se quiere, con un pack o a parte, carcasas de distintas formas y colores. Podemos encontrar estas carcasas en Amazon desde 3 euros.

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Y para terminar, tenemos lo que se denominan Set top Box, que son como los sticks con Android pero en un formato de mini PC. Integran un hardware más potente y avanzado, cuentan con antena WiFi, Bluetooth y mando a distancia para controlar la interfaz. Así mismo, varios modelos permiten ejecutar juegos sencillos. El uso es muy parecido al de los sticks HDMI. Llevan Android ya instalado y con algunas aplicaciones que el fabricante haya considerado oportunas. Algunos de los Set top Box más famosos son el Roku 3, Probox2 o el Woxter Android TV 700, siento éste último el que mejor precio ofrece (69 euros en Amazon).

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Parecidos a estos son el Apple TV y el Amazon Fire TV, que si bien no portan Android en sus entrañas, cada uno el propio sistema operativo del fabricante, sí llevan aplicaciones que éste ha querido instalar, más orientadas a la visualización de películas, series etc, sin olvidarnos de la posibilidad de ver vídeos en YouTube. En el dispositivo de la manzana mordida tenemos la función AirPlay que, al igual que Miracast, nos permite enviar el contenido multimedia desde el iPod, iPad o iPhone al aparato. Además, tenemos acceso a todos los archivos multimedia que se descarguen en iTunes, tanto pelis, como fotos o música para poder reproducirlos. Una función interesante del Apple TV es AirWeb, que permite tener en nuestro televisor un navegador y usar el iPod, iPad o iPhone como touchpad para movernos por el navegador a través de AirPlay. En cuanto al Amazon Fire TV, sigue la misma dinámica que el dispositivo de Apple. Podemos enviar contenido multimedia desde nuestro smartphone o tablet a través de la aplicación de Plex que está disponible para gran multitud de plataformas y de la misma forma que en el Apple TV también disponemos de la aplicación de Netflix para adquirir películas, series etc. Contamos también con aplicaciones deportivas como Watch ESPN o NBA Game Time o de música como Vevo, Spotify o Amazon Music. Así mismo podemos instalar juegos como Grand Theft Auto, Minecraft o Asphalt 8 entre otros. Eso sí, el mando para jugar hay que comprarle a parte.

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En la variedad está el gusto y para convertir nuestro televisor en una Smart TV tenemos muchas opciones para conseguirlo. Desde dispositivos muy asequibles con los que poder tener algunas aplicaciones sencillas o simplemente mandar el contenido multimedia a nuestro televisor, pasando por mini PCs y llegando hasta dispositivos más potentes que nos ofrezcan una muy buena experiencia de uso, así como la posibilidad de echar una partida a un videojuego entre muchas otras cosas. Ahora, sólo tienes que decidir cuál es el que mejor se adapta a ti.