Microsoft nos vendió la Surface Pro 3 como como la tablet que puede reemplazar nuestro portátil. Y no mentían al decir esto. Pese a su aspecto, la potencia que nos ofrece este llamativo dispositivo es increíble, tanto para tareas sencillas como navegar por internet hasta tareas mucho más pesadas como edición de vídeo y fotografía.

Pero además, Microsoft afirmó que la Surface nos permitiría jugar a la mayoría de juegos conocidos para ordenador. Tras adquirir mi Surface Pro 3 hace ya varios meses estuve probando su potencia en todos los campos, entre ellos el rendimiento en juegos. Y la verdad es que me quedé bastante decepcionado.

La mayoría de juegos funcionan, es cierto, pero a partir de los 5 minutos de estar jugando de repente notas como bajan los FPS y el ventilador se pone a tope, haciendo un ruido considerable. El causante de esto es el llamado throttling que pasamos a explicar a continuación.

El throttling, nuestro gran enemigo

La Surface Pro 3 es un dispositivo con un diseño increíble. Esto es algo que no se puede negar, ya que independientemente del gusto de cada uno, lograr meter el hardware de un portátil potente en una tablet es una tarea complicada. Es más, para poder reducir tanto el tamaño hay que sacrificar por algún lado, y en este caso ha sido el sistema de refrigeración del dispositivo. Las anteriores versiones contaban con dos ventiladores, pero la tercera versión se ha dejado uno por el camino con el fin de reducir su tamaño y peso.

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Al demandar mucha potencia, la frecuencia del procesador aumenta y, en consecuencia, también lo hace el calor emitido. Al contar solo con un ventilador llega un momento en el que no es capaz de disipar todo el calor generado, por lo que se reducen todas las frecuencias de trabajo con el fin de que no se genere tanto calor y puedan bajar las temperaturas. Esto es lo que llamamos throttling.

Como ya os habréis imaginado, es el causante de la bajada repentina de FPS en los juegos, ya que estos requieren mucha potencia de procesador y gráfica, produciendo una gran cantidad de calor y desembocando en la activación del throttling.

Como deshacernos del throttling

La solución pasa lógicamente por evitar que el ordenador se caliente. Esto lo podemos conseguir colocando un ventilador externo en la parte trasera de la Surface, donde se encuentra el procesador y el sensor de temperatura. En internet podemos encontrar multitud de ventiladores alimentados por USB por menos de 20 euros. Yo opté por hacer una chapuza con un ventilador que tenía por casa. Pese a lo feo que es, funciona muy bien. Este método no elimina por completo el throttling, aunque sí lo reduce en gran medida y evita que la bajada de rendimiento sea tan agresiva.

Actualizar el driver oficial de la gráfica

El otro gran problema de jugar en la Surface es que Microsoft ha capado el driver de la tarjeta gráfica. Esto es muy sencillo de arreglar y nos dará un gran aumento de rendimiento si lo utilizamos junto al ventilador. Lo primero es descargar el driver de la tarjeta gráfica desde la web oficial de Intel, que dependiendo del modelo del dispositivo será:

Aseguraros de descargar la última versión disponible para vuestro sistema operativo, que muy probablemente se Windows 8.1 de 64 bits. Lo mejor es descargar la versión en formato ZIP en lugar del ejecutable.

Antes de proceder con la instalación deberemos desinstalar y eliminar el driver actual. Para ello vamos a la pantalla de inicio y escribimos Administrador de Dispositivos para acceder a este. En Adaptadores de pantalla, hacemos clic derecho en la gráfica y seleccionamos desinstalar, asegurándonos de marcar Eliminar el software de controlador de este dispositivo. Tras reiniciar ya podremos instalar sin problemas el nuevo controlador.

Configurar la gráfica para jugar

Finalmente solo nos quedará configurar algunos parámetros del nuevo controlador para exprimir al máximo el potencial de nuestro dispositivo. Esto lo haremos desde el panel de control de la gráfica Intel, al cual podremos acceder haciendo clic derecho en el escritorio.

Grafica1

Antes de continuar guardaremos el perfil actual para poder volver a la configuración por defecto de forma sencilla. Para ello vamos a Perfiles y hacemos clic en guardar. Le damos un nombre que nos ayude a identificarlo y ya podremos continuar con la configuración. A continuación os muestro las opciones que debéis seleccionar:

Como veis, hemos reducido la resolución para obtener mejor rendimiento gráfico y evitar que los juegos muestren franjas negras al jugarlos a una resolución menor. Además, hemos seleccionado los modos de alto rendimiento tanto en el apartado 3D como en las opciones de energía de la tarjeta gráfica.

Finalmente guardaremos el nuevo perfil de la misma forma que hemos hecho antes, pudiendo alternar entre el modo predeterminado y el modo de juego desde el escritorio de forma sencilla.

Cambio-Perfil

Pruebas de rendimiento

He probado el rendimiento en varios juegos antes y después de la optimización y los resultados demuestran una mejora que ronda el 30%. Además, el ventilador integrado del dispositivo permanece a una potencia media gracias al ventilador externo, lo que también ayuda a que dure más y no se estropee.

Todo depende también del juego que escojamos, pero en el caso de Dragon Ball Xenoverse pasamos de tener 30 FPS en el mejor caso con bajadas al llevar un rato jugando, a 40 FPS de media. En Dead Island los FPS no son tan estables y dependen del momento del juego, pero sin optimizar obtenemos entre 25 y 40 FPS, mientras que tras la optimización oscilan entre 35 y 55 FPS.

Como veis los resultados son muy buenos y nos permitirán disfrutar de juegos actuales y con alta demanda gráfica sin demasiados problemas. Eso sí, no intentéis jugarlos con las opciones al máximo, normalmente las estableceremos al mínimo, dependiendo del juego, y con una resolución igual a la que hemos configurado anteriormente en el panel de control de Intel.

Si tenéis cualquier duda en la configuración o queréis contarnos vuestra experiencia, no dudéis dejarnos un comentario. ¡Y ahora, a disfrutar de vuestra Surface!