Si de algo presumen algunas plataformas móviles y aplicaciones es de disponer de una muy buena experiencia de usuario. De buenas a primeras solemos pensar, por ejemplo, en la estabilidad o rapidez de la aplicación o sistema en cuestión, pero sería injusto valorarlos únicamente por estos dos factores. Y es que a menudo el usuario medio suele buscar simpleza y rapidez en el uso diario de software pero, ¿acaso estos son los dos únicos baremos para medir la experiencia de usuario? Antes de comenzar a definir qué es una buena experiencia de usuario me gustaría dejar claro que esto es sólo una valoración personal, y que para nada pretende establecer una verdad absoluta. Sin más preámbulos, pasemos a describirla.

Interfaz e ¿intuitividad?

Así es. Lo primero que percibimos de una aplicación o sistema es su interfaz, incluso para algunos usuarios, entre los que me incluyo, éste es un factor determinante a la hora de elegir cierto software. Cierto es que en los últimos años hemos pasado de una interfaz ‘skeumorfómica’ a una mucho más plana, un claro ejemplo son los sistemas operativos de Windows, tanto en PC como en dispositivos móviles, u otros como iOS 7 y el futuro Yosemite o la nueva actualización de Android: Android L. Es por ello que ahora la interfaz no es un buen factor determinante a la hora de decantarse por alguna aplicación o sistema, ya que todos tienden a ser similares (que no iguales).

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Intuitividad ehmm, ¿eso existe? Correcto, existe y es muy importante dentro del manejo de software y que va intrinsecamente relacionado con la interfaz. La intuitividad es, a grandes rasgos, la facilidad de uso de una aplicación o sistema. Quizá el público joven, el cual es más asiduo a las tecnologías, no le da demasiada importancia, pero para nuestros mayores, o incluso nuestros padres esto es primordial, además del sector profesional, claro. Que una aplicación sea fácil de usar, armoniosa y simple es un punto muy a tomar en cuenta para una buena porción de usuarios.

Interconectividad y operabilidad

Realmente no sabía que nombre darle a este punto, ya que es un concepto algo abstracto, pero voy a ejemplificarlo con un símil:

Imaginemos que cada sistema es una casa, un hogar donde nos sentimos muy agustos; bonito, limpio y autosuficiente. Tienes comida y ropa, pero solo de un tipo. A la hora de ir, por ejemplo, a comprar al mercado porque decides variar la dieta, te encuentras con que la puerta está cerrada. Mientras, tu vecino sale todos los días a cualquier hora y eso le da una libertad absoluta de elección. Esto hace que tengas que depender de lo que te dé tu casa, ya sea de tu agrado o no.

Fuera de ésta metáfora, definimos pues interconectividad y operabilidad como la posibilidad de conectar unas aplicaciones o sistemas operativos entre sí. Esto es algo de lo que puede presumir Android a nivel de sistema y aplicaciones. Y no es sólo a la hora de compartir archivos de cualquier tipo mediante Bluetooth o NFC, sino la posibilidad de editar, compartir, exportar, crear e interactuar con casi cualquier archivo mediante todas las aplicaciones del sistema. Basta con dar a compartir o editar cualquier imagen en Android para ver el gran abanico de posibilidades mediante las distintas aplicaciones. Cabe destacar que Apple ha puesto un gran esfuerzo en este aspecto en su próxima gran actualización: iOS 8.

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Ahora sí: Estabilidad y rapidez

No hay mucha ciencia en estos dos puntos. Estabilidad y rapidez son dos factores que van muy de la mano de la optimización, y Apple sabe muy bien aprovecharlo. En estos tiempos en los que el hardware no es un agente diferenciador, el software y su aprovechamiento de éste hace que un sistema o aplicación sea fluida y no nos deje nunca tirados. Hasta hace poco los usuarios de Android (al menos hasta Gingerbread) sabían muy bien lo que era un sistema poco optimizado, con aplicaciones que forzaban cierre muy a menudo y congelamientos que destrozaban la experiencia de usuario de un sistema todavía muy verde, nunca mejor dicho (hablando de versiones hasta Gingerbread o Honeycomb).

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Aunque es bien cierto que esto depende también de la potencia de nuestro dispositivo, entre otros factores. Nunca está de más recordar que no es lo mismo desarrollar una aplicación y adaptarla a 4 ó 5 terminales que hacerlo con más de 1000 configuraciones distintas.

Soporte y asistencia

Algo de lo que he sido consciente estos días, y quizá la razón de este artículo, ha sido lo importante que son estos dos puntos. Si hay algo que el usuario medio agradece es la rápida asistencia del desarrollador o empresa de la aplicación o sistema ante un problema de los mismos. Cuántas son las veces que hacemos una valoración en las distintas tiendas de aplicaciones o enviamos un correo a ‘x’ empresa y no obtenemos respuesta. Aplicaciones como Telegram han sabido paliar este problema de una forma muy útil, y es la de establecer una asistencia directa con ellos mediante el chat de la propia aplicación. Y es que en la última actualización para dispostivos iOS sufrí un problema el cual atendieron en cuestión de horas, y de forma muy amigable, nada de traductores o bots con idénticos mensajes para todos los usuarios.

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Y estos son todos los puntos que, bajo mi opinión, conforman una buena experiencia de usuario. Ahora es cuestión personal destacar unos puntos sobre otros. ¿Y a vosotros cuál os parece más importante?