Quizás esta palabra o más bien siglas de Redundant Array of Independent Disks (conjunto redundante de discos independientes) os suene a chino y no sepáis de lo que hablo, pero realmente es una configuración importante de los discos duros con los que conseguir una mayor seguridad de los datos o incrementar el rendimiento.

Los RAID son conjuntos de discos que trabajan a la par. Normalmente se usan en entornos más profesionales, como en un servidor, donde puede copiarse los datos en los dos discos duros por si uno falla y así evitar la caída del servidor, pero eso no quiere decir que nosotros en casa no podamos hacerlo o sacar provecho de ello. Hay casos en los que igual nos interesa tenerlo.

Antes de comenzar a describir los tipos de RAID, hay que añadir que en todos casos constan de, al menos, 2 discos, pudiendo implementar cuantos necesitemos para nuestra configuración. Otros, sin embargo, parten desde 3 o 4 discos, siendo imposible realizarlo con menos. Por otro lado, los discos deben ser todos de la misma capacidad, de lo contrario tomará la capacidad del más pequeño como referencia, por lo que de ser distintos, perderíamos capacidad de los que sean mayores.

RAID 0

Para crear un RAID 0 necesitaremos al menos dos discos. Cuando le creamos, se suman las capacidades de todos los disco, es decir, si tenemos dos discos de  1 TB el sistema operativo detectará una única unidad de 2 TB. Lo que sucede en este RAID es que la información se reparte entre todos los discos – no se duplica -. Con esto, a la hora de acceder a la información, se aprovechará la velocidad de todos los discos, reduciendo – teóricamente – el tiempo de acceso a la mitad. Obviamente ganaremos en rendimiento, pero no nos proporciona ninguna seguridad con los datos, por lo que si se pierde información de un disco también se pierde en el otro.

raid0

RAID 1

Como en el RAID 0, también necesitaremos dos discos como poco, pero en este caso no se suman las capacidades. El RAID 1, también conocido como mirroring espejo, duplica los datos en el segundo disco, así se nos creará al instante como una copia de seguridad de nuestros datos. Si nos falla un disco, podremos seguir trabajando al disponer de los datos en el otro. En este caso no obtendremos ninguna mejora en el rendimiento y, por así decirlo, perdemos la capacidad de uno de los discos al estar destinado a crear las copias de los datos del otro.

raid1

RAID 10

En un RAID 10 se unen los RAID 1 y 0. La idea de unir estos dos RAID es conseguir las ventajas de ambos, el rendimiento del RAID 0 y la seguridad del RAID 1. En este caso necesitaremos 4 discos, cada pareja de dos creará un RAID 1 y esos dos RAID 1 formarán un RAID 0. Como vemos en la imagen inferior, los discos 2 y 4 actúan como espejo o copia de los disco 1 y 3 respectivamente, por lo que no dispondremos de su capacidad para almacenar, es decir, tan sólo tendremos la mitad del total.

RAID10

RAID 5 y RAID 6

Con un RAID 5 necesitamos al menos 3 discos, donde se guardan los datos por bloques. Además de ello, se crean bloques de paridad con un código CRC de comprobación de errores, que nos permitirá recuperar los datos de todo el conjunto si fallara un disco. Algo muy parecido ocurre en el RAID 6, la diferencia es que en esta ocasión se crearán dos bloques de paridad por disco y necesitaremos 4 discos para esta configuración RAID. Cómo no, la seguridad es mucho mayor en el RAID 6 que en el 5.

raid5

 

Estos son los tipos de RAID más usuales y que podemos tener más o menos de una manera fácil en nuestros equipos, pero hay muchos más tipos: RAID 3, RAID 4, RAID 50, RAID anidados… Pero tienen menos uso o son más complejos, además de necesitar en algunos casos un gran número de discos, dejándose estos para un ámbito más profesional.

Muchas veces, en los PC de sobremesa tenemos dos discos duros pero sólo usamos uno, donde está el sistema operativo, programas y donde van a parar de forma predeterminada todos los datos, dejando el segundo disco sin uso y desaprovechando la capacidad. Éste es, por ejemplo, un buen caso para usuarios normales en los que podríamos hacer un RAID 0 o 1 y aprovechar ese disco duro que no utilizamos. Ahora, sólo os queda elegir qué preferís, si mayor seguridad de vuestros datos o mejorar el rendimiento.