No hace hoy más de tres meses cuando por esas fechas escribía un artículo defendiendo que el iPad Pro había sido presentado en nuestras narices sin habernos dado cuenta. Hoy, 11 de Septiembre y tras haber pasado dos días desde la keynote de Apple, sigo defendiendo aquello que expuse en aquel mismo artículo. He de reconocer que las especificaciones técnicas del mismo me sorprendieron tras haberlas analizado en profundidad en los distintos medios, pero nada tiene que ver ese mismo entusiamo con la profunda decepción que me llevé después: exacto, lleva iOS 9 en sus entrañas.
Y no sólo eso, sino que además desde Apple no parece que hayan puesto mucho empeño en justificar el apellido ‘Pro’ de su iPad, pues partimos de un modelo base con 32 Gb de memoria, que pasarán a ser 27 con el sistema y las aplicaciones nativas. A pesar de ello, han incluido unos nada despreciables 4 Gb de memoria RAM y que en conjunción con el nuevo chip A9X promete un gran rendimiento en ¿aplicaciones de iOS 9? En la presentación pudimos ver aplicaciones específicas para el iPad Pro como AutoCAD o Photoshop adaptadas a iOS pero, ¿son comparables a las que podremos encontrar en sistemas de escritorio? Y es que, o los desarrolladores hacen una labor faraónica o esos 4 Gb de memoria van a quedar totalmente desaprovechados incluso en aplicaciones a pantalla partida, como en la suite de Microsoft Office que mostraron en la keynote.
A efectos prácticos, este dispositivo me recuerda mucho a la antigua Surface RT de Microsoft, que incluía una versión recortada de Windows 8 con las aplicaciones de la Windows Store – que no de programas de escritorio -. Algo que intentó estar orientado a la productividad pero que con el tiempo se convirtió en un dispositivo olvidado tanto por los usuarios como por los desarrolladores, ¿ocurrirá lo mismo este iPad? Bajo mi punto de vista, sí. Sin duda alguna, ésta ha sido la oportunidad perdida de Apple, pues en lugar de hacerle frente a la Surface 3, que ni siquiera a la Surface Pro (ésta sí que es Pro de verdad), ha presentado un dispositivo que para nada está orientado a la productividad. Ni siquiera por precio compite con sus rivales, pues el modelo base de 32 Gb cuesta unos ridículos 799$, a los que habría que sumarle 169$ del Smart Keyboard más 99$ del iPencil, superando con creces los 1000$. Y moviéndonos en el mismo rango de precios que un Macbook Air, Pro o una Surface Pro 3 (con stylus incluído) nos cabría plantearnos si merece la pena tal cantidad por un dispositivo con un sistema que al fin y al cabo está orientado a dispositivos móviles.
Muy bien tienen que hacerlo las empresas y los desarrolladores para enmendar el objetivo de este iPad Pro ‘light’ y generar en él productividad de verdad, y no product placement. Y vosotros qué pensáis, ¿merece la pena su compra?