Un año más el mundo del videojuego ha tomado la capital durante unos días y en Bytelix no nos lo hemos querido perder por nada del mundo, desplazándonos una buena parte del equipo a Ifema para contaros todas las novedades. Pese a que estos días hemos ido contando bastantes cosas por twitter con las que os podéis hacer una idea de lo que ha habido, a continuación analizamos los puntos claves de esta gran feria que esperemos que albergue la ciudad durante muchos años más.

Mas grande que nunca… gracias a los e-sports

Una de las grandes novedades del evento que se anunció hace unos meses fue que el espacio disponible sería el doble que en ediciones anteriores, ocupando de esta forma dos pabellones completos (el 8 y el 10). Pese a que esta afirmación es correcta creo que es necesario matizarla ya que el evento ha sufrido una transformación respecto a años anteriores. Por una parte, este año se ha incluido una sección dedicada al manga, pudiendo encontrar una serie de tiendas para que los amantes de este mundo pudiesen adquirir todo tipo de merchandising y productos relacionados. Y por otra parte, los grandes «culpables» del crecimiento de la feria han sido los e-sports, contando con un pabellón casi íntegro para ellos. Es cierto que otros años ya se han realizado eventos competitivos, pero este año además se ha montado un escenario enorme donde disputar los grandes torneos, acompañado de una amplia superficie de sillas para que el público pueda disfrutarlos en directo. Si estáis metidos en este mundo pues os encantará la adición, si por lo contrario vais a probar novedades pues seguramente ni piséis ese pabellón (como fue nuestro caso).

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Indies nacionales para todos los gustos

Al igual que en ediciones anteriores este año también se han dedicado un par de zonas a los estudios independientes patrios, la de PlayStation Talents y la de juegos Made in Spain. El año pasado ya me pareció que estas zonas era una de las más interesantes de la feria, y un año más lo han vuelto a conseguir. Lo primero que debo decir es que el nivel de calidad de los juegos mostrados me ha parecido bastante superior al del año pasado, que no es que fuese malo, pero es que este año había verdaderas joyas como por ejemplo Blues & Bullets o Rise & Shine. Por otra parte lo que de verdad me gusta de esta zona, más allá de los juegos, es poder charlar con los desarrolladores, compartiendo impresiones y experiencias sobre el desarrollo que siempre son interesantes. Esperemos que en los próximos años esta zona tome aún más relevancia en el evento y podamos ver a más y más estudios nacionales que se animen a pasarse por Madrid a enseñarnos sus trabajos, y a poder ser que se los dedique un poquito más de espacio para favorecer el tránsito de visitantes entre stands.

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Sony como padrino del evento

De todas las grandes empresas que había presentes en la MGW, sin duda la que demostró estar más implicada con el evento fue Sony. Mi compañero Alonso ya os contaba hace unos días que el gran atractivo de la feria fue sin duda PlayStation VR, que por primera vez podíamos probar en España (aunque bien es cierto que en los días de público general estaba bastante complicado), pero esto es no es lo único que la compañía nipona trajo a Madrid, teniendo disponibles otras zonas muy interesantes como la de Uncharted, donde se podía probar el remake de la trilogía original para PS4, la de Until Dawn, con una serie de dispositivos que «medían el miedo» del jugador, el escenario, donde se celebraron conferencias y torneos, o la de los PlayStation Talents, que como he comentado antes daba cobijo a diversos estudios independientes. En definitiva, un gran despliegue que no podemos hacer otra cosa que aplaudir.

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Margen de mejora: ausencias, colas, caspa…

Siempre que me preguntan sobre la MGW digo que es un gran evento y que me alegra mucho que podamos disfrutar de él, pero eso no quita para que al mismo tiempo lo critique por unas faltas que ya viene arrastrando de años anteriores. Las colas para probar los títulos más punteros son interminables, alargándose en la mayoría de los casos por encima de la hora de espera. A la hora de buscar culpables no me queda otra que señalar en primer lugar a la organización, que un año más se ha inflado a vender entradas (nuevo récord de asistencia un año más, cerca de las 100,000 personas) sin importar que esto comprometa la experiencia de los asistentes, y es que una buena parte de la gente que ha ido no ha salido especialmente contenta y no dudan en responder «no» cuando les preguntan que si volverán. Otro punto que favorece la formación de eternas colas es la duración de las demostraciones, que en muchos casos son demasiado largas y los stands no tienen demasiado control sobre el tiempo que juega una misma persona. Creo que ya que se contrata a gente para que esté en los stands «cuidándolos» no estaría de más que les diesen instrucciones para organizar mejor el flujo de personas por los puestos de juego.

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Por otra parte, como comentaba antes la MGW de este año ha sido liderada sin ninguna duda por Sony, que si bien ha hecho méritos propios para conseguirlo, también se ha visto favorecida por grandes ausencias, siendo la más destacable la de Microsoft. Vale que la cuota de Xbox en nuestro país no sea la mejor, pero desde luego el no ir a eventos como este no va a hacer mucho bien a la empresa de Redmond, que este año ha decidido organizar un evento a parte centrado exclusivamente en Xbox One y que tendrá lugar a finales de mes. Realmente no sé de quién será la culpa de todo esto, si de la organización porque quería cobrar un precio prohibitivo por el espacio o de la propia Microsoft por querer desmarcarse para no compartir protagonismo, pero en cualquier caso el mayor damnificado no es otro que el asistente a la feria.

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Para terminar con la ronda de «palos», no podía olvidarme del que me parece más grave de todos ellos y es el de ciertos momentos casposos, rancios y de machismo que estuvieron presentes en la feria. Personalmente tuve la suerte de no presenciar ninguno, aunque esto puede que sea debido a que prácticamente no pisé la zona de los e-sports, pero gracias a twitter me enteré de que los descansos de los torneos estuvieron amenizados por unas amables gogós ligeras de ropa. Hay tantas razones por las que esto me parece inapropiado que sinceramente me da vergüenza ajena, somos muchos los que defendemos a capa y espada la presunta madurez de la industria, y claro de repente nos encontramos con cosas como esta y nos toca tragarnos nuestras palabras. Por suerte debo decir que la cosa ha mejorado bastante y este año en comparación con otros no se han visto las denominadas «babes» en los stands, sino azafatos y azafatas que en ningún caso denigraban a nadie.


En definitiva, un año más de MGW que nos deja con un sabor de boca agridulce debido a fallos que se podrían haber evitado o al menos minimizado. El año que viene salvo sorpresa volveremos a ir, y esperemos que organización y empresas hayan tomado nota de todo el feedback proporcionado por prensa y asistentes y así podamos disfrutar de un evento redondo.