Por un instante, pongámonos en la piel de un cliente potencial que está buscando un ordenador de la marca de la manzana mordida. Decide descartar la gama portátil porque piensa que éstos no tienen la misma potencia que uno de sobremesa, así que sólo le quedan tres opciones: Mac Mini, iMac y Mac Pro. Pero, ¿alguien se ha preguntado alguna vez por qué la gama no portable de Apple posee un diseño exquisito y unas lineas extremadamente delgadas? ¿Cómo es posible que todo el hardware que hay en una torre corriente quepa en tan solo unos milímetros de grosor? Es simple, utilizan componentes de portátil (a excepción de el Mac Pro).
Si analizamos todo el hardware de, por ejemplo, el Mac Mini observamos que se asemeja muchísimo al usado en ordenadores portátiles -no necesariamente Mac- de gama media/baja. Es tan simple como cerciorarnos de que ninguna de las configuraciones del modelo posee una gráfica dedicada, sino la integrada en los procesadores Intel. Observemos la siguiente comparativa:

Mac Mini:

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Mac Air:

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Podríamos pensar que es lógico, ya que el Mac Mini es un equipo demasiado pequeño para albergar la potencia de un auténtico sobremesa y, en cierto modo, también estaría destinado a la portabilidad. Pero, ¿y el iMac? Podemos apreciar que ocurre lo mismo que con el modelo mini de la gama, mas esta vez con un hardware algo más potente. Analicemos las siguientes capturas:

iMac:

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Macbook Pro:

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Como observamos en las imágenes, poseen el mismo hardware. Únicamente encontramos un verdadero ordenador de sobremesa en el Mac Pro: gráficas AMD FirePro, procesadores Intel Xeon y RAM ampliable hasta los 64 GB:

Mac Pro:

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Suena ridículo tener que gastarnos casi más de 3000€ para adquirir un equipo de sobremesa de verdad, no las versiones ‘desnatadas’ que nos ofrece Apple en los modelos Mac Mini y iMac. Si bien son configuraciones bastante ‘potentes’, no son nada comparables a la potencia que puede ofrecernos un equipo con componentes de escritorio, y es ahí donde Apple podría sacar provecho.
Estoy seguro de que si presentara un equipo más económico que el actual Mac Pro, con gráficas y procesadores no necesariamente destinados al desarrollo en 3D y la edición de video profesional, ganaría esa cuota de mercado que tanto lleva buscando desde hace tiempo.